El Aquelarre

jueves, 28 de julio de 2011 | |


Sólo a modo de apunte y después de buscar información incansablemente para un futuro proyecto, sigo sorprendiendome día tras día y se afianza mi idea de que Goya, es el mayor ejemplo del comienzo de una nueva era dentro del entendimiento del Arte. En este apunte extraído de un libro de Valeriano Bozal, en el cual disecciona las pinturas negras y hace que el espectador se sienta más cercano a ellas en cuanto a su difícil y enigmática comprensión, veo como Goya establece una nueva dialéctica pictórica, como reduce la paleta del pintor y eleva la expresión al mayor grado de representación. Se termina el efectismo colorista, la pintura avanza hacia su verdadero significado ... el inicio de la pintura moderna.


[ ... ] En el otro lado de la sala se representa una asamblea de brujas. Un viejo macho cabrío de cuernos largos, fuertes, retorcidos, en cuclillas, preside la sesión. ¿Qué dice a esos rostros puntiagudos, crasos, delgados, con hocicos de toda especie y de todo carácter, con mandíbulas hundidas o prominenetes, moldeadas sobre una serie de animales de todas las razas?... Sentada fuera del grupo, una mujer joven de sonrisa burlona, las manos en un pequeño manguito negro, contempla con vivo interés los movimientos del auditorio. Su cabeza, de perfil, fue conseguida con sorprendente simplicidad. Un punto negro produjo un ojo lleno de expresión, un golpe dado con un dedo bajo la nariz formó una boca ligera y maliciosamente remangada.
Esta obra es la de un caricaturista que alcanzó a ser un gran pintor. Goya resulta un colorista con cuatro tonos explotados en sus múltiples posibilidades. El blanco, el negro, el ocre amarillo y el pardo rojo reemplazan todos los colores de una paleta complicada. Sabe emplear el negro en sus carnes y obtener los azules de la piel con delicadeza notable. El colorista no se basa en la diversidad de los colores; más bien en la combinación de colores. Maestros como El Greco, Veronés, Velázquez y otros muchos que no cito lo han demostrado.
En este fresco, Goya prueba una vez más que el negro y el blanco son, en pintura, la base de la armonía, y que los de sobrio colorido resultan inatacables en todas las épocas. El gran arte no sigue la moda.
No sabría relajarse a un vil charlatanismo. [ ...]


Valeriano Bozal cita a Sanchez Cantón y Salas, Xavier de,
Goya y sus Pinturas negras en la Quinta del Sordo, Barcelona, Milano, Vergara, Rizzoli, 1963.

0 comentarios:

Publicar un comentario